martes, 7 de enero de 2014

Nocturno nº 3

                                                                                  (... continúa)


(-dentro de la alucinación nocturna-)
Así es como comenzaría a caer la milenaria Tiranía del Ser. 
No es, Es, ser es el es-en-si, circunscribirSe como Siendo dentro de una ridícula parcela espacio-tiempo dentro del universo de Caos soberano, todo eso ya no sirve para nada.
Ya no hay dualismo, ya no hay división, queda vacío de significado el (inatacable) Principio de Contradicción. Nos reconocemos al fin libres de que Se-nos-acote y de auto-acotarSe(nos) en un "se-*que ES el sufijo de una acción que ES reflexiva, (es) decir, que SE vuelve sobre-SÍ y aSÍ SE en-revES(a) enSImisma(da) en SI-misma; aSÍ viendoSE el Ser siendo, a SÍ-mismo SE asevERA como Ente*-.

Queda inaugurada (-proclamarán-) la Era de lo Difuso, del Apeîron inmanente que es como humo, envuelve la vida, llena el aire y penetra en todas las fisuras.


*(-Pero si ya era así, siempre fue… desde el Principio de los principios nunca ha habido compartimentos para la Vida. ¡Es más sueño que el Sueño la Razón! con su arbitrario gobierno, su ficticia legislación…-)*



Tú y yo sabemos que son insondables las consecuencias que conlleva toda gran revolución. 
Si esta vez el hombre logrará adaptarse al nuevo paradigma no nos es dado saberlo aun. No podremos saber nada de ello mientras sigamos aquí, en Tierra de Nadie, en la frontera conceptual.
Habría que deshacerse de más de un millón de postulados lógicos y hermenéuticos, junto con todas y cada una de las teorías que de ellos se derivan…
TODO lo que "es" se vería completamente transformado, ya que el cambio ataca directamente a la raíz más profunda, al Principio de los principios axiomáticos individuados por la tradición: el Ser. Excelso, altísimo. El Ser-en-sí, Ente, que es lo-que-Es, con independencia de cualquier otro principio y común a todos los elementos animados o inanimados, concretos o espirituales, con los que compartimos el proceso del desenvolverse de la vida.

Ya que el Ser es en todo. Todo ES. Todos son y somos ser-es del mundo. Y estábamos tranquilos (...)

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